jueves, 11 de marzo de 2010

Un grupo de residentes del CETI visita el Templo Hindú


Cruz Roja, en colaboración con el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes, busca fomentar la integración y el conocimiento del entorno con la actividad desarrollada ayer y la cual incluye próximas salidas a otros puntos de la ciudad.

“Por desgracia, disponen de mucho tiempo libre y la cultura es la mejor forma de ocuparlo”, comentó ayer un voluntario de la Cruz Roja durante la primera visita guiada que ha organizado en colaboración con el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes, CETI. El templo hindú abrió en la tarde de ayer sus puertas para recibir a una veintena de residentes y otros componentes del equipo de esta entidad para su aproximación a la arquitectura de este centro, culto, tradiciones y qué simboliza el mismo.

Fomentar la integración y formar una mirada más crítica de la realidad, además de transmitir los principios de la convivencia, son algunos de los objetivos de una iniciativa que se repetirá en las próximas semanas en distintos lugares de la ciudad autónoma, informaron los voluntarios de Cruz Roja.
El conocimiento del entorno, incluidos los puntos emblemáticos y las señas de identidad de la idiosincrasia ceutí, permitirá a los residentes en el centro del Jaral que desarrollen su estancia plenamente, explicaron los integrantes de la entidad humanitaria. La aceptación, a tenor de la reacción de los presentes, resultó satisfactoria para la organización y los asistentes.
Las personas que viven en el CETI participaron en un aarti, es decir, la ceremonia de devoción a las divinidades, que condujo Prakash Ratan Mirchandani y fue explicada por Nisha Chandiramani y un intérprete de la Asamblea de la Cruz Roja. Chandiramani insistió en que el templo hindú está abierto a los fieles de cualquier confesión con inquietud por conocer su religión.
Los preparativos que envolvieron la ceremonia de ayer son similares a los de cualquier festividad. El sonido de la caracola tanto al principio como al final de la ceremonia también estuvo presente durante el acto al que acudieron los residentes del CETI.
Tras el tradicional balanceo de la vela en el sentido de las agujas del reloj y una vez realizada la reverencia ante el altar, los participantes procedieron al tintineo de la campana a modo de despedida y el grupo de extranjeros volvió a recoger su calzado.

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